Los turbantes, con su aire oriental han conquistado a las mujeres del mundo occidental en las formas más inesperadas desde principios de los años 20, dejando su huella en cada década desde entonces.
Un turbante es un simple trozo de tela que se coloca alrededor de la cabeza.
Puede ser de diferentes formas y tamaños y sus diferentes telas, colores y estilos de envoltura están asociados con diferentes culturas, comunidades, épocas y clases.


Pero en el fondo, la simplicidad del turbante ayuda a explicar por qué se encuentra tan fácilmente en todo el mundo a lo largo de la historia.
El turbante era un accesorio predominantemente masculino en Asia pero debido a la versatilidad y variedad de su uso, es difícil de establecer claramente el país de origen del turbante.

En la cultura islámica el turbante era útil para proteger a las personas de la arena del desierto y se utilizó como símbolo de devoción.
Para los practicantes de la religión Rastafari, el turbante se convirtió en símbolo de sabiduría y una forma de cubrir las rastas. Además, los rastafaris creen que el turbante se debe usar durante la meditación.
En la India el turbante indica la casta y el lugar de donde procede la persona.
El turbante en la moda
A pesar de que el turbante se adoptó por primera vez en Europa, fueron las glamurosas actrices de Hollywood las que lo introdujeron a nivel internacional y lo convirtieron en una pieza icónica en la década de 1930. Estrellas tales como Gloria Swanson, Marlene Dietrich y Greta Garbo sucumbieron a su encanto y se convirtió en un must para las mujeres de la alta sociedad.

El turbante tuvo una dinámica reaparición a mediados de los años 50 cuando la revista Times realizó un reportaje sobre el turbante brocado de seda de Dior.


Alcanzó su punto máximo durante la década de los 60’s, la cual fue una década donde las principales estrellas de Hollywood lo lucían en la alfombra roja y durante el rodaje de sus películas y series de televisión.
Durante la década de los 70’s, la forma envolvente de los turbantes se diluyó y fue sustituido por finos pañuelos.


El diseñador estadounidense Halston lo incorporó en el armario de noche y vistió a iconos de la moda como Bianca Jagger.

Un sinfín de estrellas negras de jazz, como Billie Holiday y Nina Simone, cantaban canciones rebosantes de alma mientras lucían este famoso tocado.
Erykah Badu siempre llevaba uno a finales de los años 90 para simbolizar el regreso de su música a sus raíces.

En 2006 se presentaron en las pasarelas en un revival de la época disco y en 2009 volvieron a surgir gracias a Sarah Jessica Parker y a Kate Moss, que lució uno en la alfombra roja del MET.
Hoy en día, hay muchas marcas que lo producen y hacen propuestas versátiles en la forma de llevarlo.



