En las áridas y salvajes estepas de la Patagonia, se encuentra esta espectacular granja, El Capricho.
Victor Esposito, un francés afincado en Ibiza, hizo un viaje a la Patagonia para visitar a unos amigos europeos que habían comprado una granja en la zona y se enamoró del lugar.
Fue el carácter áspero y salvaje de esta región semidesértica lo que atrajo a Víctor de inmediato:
Estaba en la carretera cuando vi un cartel de «Se vende» en un lugar que me gustó mucho. Me compré la granja como un capricho y nunca me he arrepentido de mi decisión. Me gusta sobre todo su ubicación cerca de un río, es como un oasis con enormes árboles viejos en medio de la estepa.
Construida de adobe por un colono británico hace más de un siglo, cuando Víctor compró la casa, esta se encontraba deshabitada y en muy mal estado.
Renovó la casa modificando lo menos posible su estructura original y respetando su arquitectura.
El techo lo reemplazó por uno nuevo de madera, hecho a mano con técnicas artesanales locales.
En cuanto a la decoración, es sobria, con un punto, o dos, vintage.
Buenos Aires, la capital de Argentina, ha acogido en los últimos años a muchas generaciones de inmigrantes de muchos países europeos, por lo que está lleno de tiendas de antigüedades y mercadillos donde encontrar muebles únicos.
Alquilé un camión, conduje a Buenos Aires, busqué muebles de 1950-1970, y caso resuelto. Lo compré casi todo en tres días, en el mercado de pulgas de Dorrego y volví para casa.
Un lugar precioso para perderse.
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