
Aislada y en lo alto de un acantilado, se encuentra Casa Till, una pequeña casa de madera azotada por el viento de Los Arcos, en Chile.
Los propietarios, una pareja alemana-chilena, quería un pequeño refugio para los fines de semana. El resultado es una construcción de madera de un solo nivel con paredes de cristal y una imponente terraza que sobresale por el borde del acantilado.
La ubicación, a 200 metros de altura, permite que sus habitantes puedan disfrutar de la tranquilidad del aislamiento e interminables vistas panorámicas al Océano Pacífico.
La sala de estar ocupa el espacio central de la casa, incluyendo cocina y comedor.
Dos dormitorios comparten el mismo ambiente a cada lado de la casa.
La planta abierta emplea un sistema de paredes correderas, lo que permite tamaños de habitación flexibles y niveles de privacidad.
La madera de pino de origen local es el principal material de construcción
El edificio queda eclipsado por el terreno montañoso.
Seguramente no es la casa más bonita, pero el enclave es perfecto.
Fotografías Sergio Pirrone