Las bañeras con patas nos transportan a épocas pasadas llenas de misterio y sofisticación. ¿Quién se puede resistir a un baño en una bañera antigua de hierro forjado? Yo, seguro que no.
Aunque el origen de la bañera se remota al año 1800 a.c., en Babilonia o Creta, según las fuentes, las primeras bañeras exentas con patas surgieron a finales del siglo XIX en plena era victoriana.
Este tipo de bañeras antiguas de hierro con patas y sus características formas redondeadas, adornaban los baños de los hogares de las familias más pudientes y era un signo de lujo, alto poder adquisitivo y distinción.
Este tipo de bañeras, que eran de una gran calidad, se fabricaban de una sola pieza de hierro fundido y estaban recubiertas por una gruesa capa de cerámica, lo que les otorgaba una gran robustez.
Por su belleza, una bañera con patas no era únicamente una pieza más del baño, sino que estaba a la misma altura que el resto de los muebles de la casa.
Una de sus principales características, eran sus patas torneadas de hierro, vestidas con motivos vegetales o en forma de garra o cabeza de animal.
Alrededor de 1925, con la llegada de nuevos materiales y el crecimiento de la fabricación en serie, este tipo de bañeras de hierro fundido comenzó a declinar, ya que eran demasiado costosas de fabricar.
En su lugar, surgieron las primeras bañeras integradas, de aspecto más ligero y mucho más económicas y para la década de los 40, las bañeras perdieron gran parte de su protagonismo, a favor de la ducha.
A día de hoy, y gracias a sus voluptuosas formas y su aire sofisticado y de ensueño y su punto vintage, este tipo de bañeras, se han convertido en objetos de culto y son muy buscadas por diseñadores e interioristas de todo el mundo para la decoración de interiores.
Pero claro, al ser piezas que tienen más de 100 años de antigüedad, son difíciles de conseguir y no son baratas precisamente.
Sin embargo, hoy en día, podemos encontrar en el mercado infinidad de reproducciones bastante fidedignas y otras más atrevidas y vanguardistas, fabricadas en otros materiales, como resinas sintéticas, acrílicos o fibra de vidrio.
Dónde ubicar tu bañera con patas
Si le quieres dar personalidad al baño de tu casa, una bañera con patas de la era victoriana, en su día, símbolo de lujo y distinción, le puede dar mucho charme a tu lavabo.
Una bañera con patas también también puede quedar muy bien en la decoración de una habitación. Es un recurso muy utilizado en hoteles de todo el mundo.
En los resorts con más encanto de África, es muy común encontrarse con una bañera con patas esperándote después de un largo día de exploración.
En tu casa puedes ubicar la bañera en un rincón de la estancia o darle todo el protagonismo en el centro de la habitación. Tener el baño en la habitación, con una bañera de patas tipo vintage o moderna, es una idea muy práctica y original, ya que puedes aprovechar el espacio del baño en caso de que éste sea pequeño.
En un baño rústico o de estilo nórdico, donde la madera es la protagonista, una bañera con patas puede quedar realmente bien.
Y ubicar la bañera frente a la ventana, y poder disfrutar de la vista, puede ser lo más.
Con su punto decadente y su aire sofisticado y vintage, las bañeras con patas, han encontrado un hueco en la decoración actual.
¿Te puedes resistir a un baño en una bañera antigua con patas?
¡Yo, seguro que no!
Sigue a Nomad Bubbles para tu inspiración diaria en Instagram | Pinterest | Facebook